Existe una relación entre las legumbres, el ser humano, el suelo y la atmósfera que hace que unos nos ayudemos a otros a vivir, creando un equilibrio ecológico en el que estamos incluidos.

En el ser humano.

Las legumbres son frutos que se obtienen de especies vegetales conocidas como leguminosas. En su formación aparecen una serie de componentes que los convierten en un factor importante en el equilibrio ecológico del ser humano. Las legumbres aportan carbohidratos de digestión lenta entre los que se encuentra la fibra soluble, como la celulosa, presente en la pared celular de los vegetales, y el almidón. Aportan proteínas vegetales, estas son un 20 ó 25 % del peso de la legumbre. Por ejemplo, la lunasina, muy conocida hoy en día porque también se encuentra en la tan publicitada soja. También contiene varios tipos de vitamina B (B1, B3 o niacina y B9 o ácido fólico en forma de folato) y algunos minerales cómo hierro, calcio y zinc.

En el suelo.

Las legumbres también contribuyen a una agricultura sostenible puesto que su siembra ayuda a la conservación del suelo. Sus raíces profundizan en el suelo de manera considerable por lo que son idóneas en suelos áridos o secos donde están muy bien adaptadas. Este tipo de suelos se da mayormente en zonas donde suele llover poco y cuando lo hace es de manera torrencial, por lo que la fuerza del agua tiende a arrastrar todo el suelo que no esté bien sujeto, provocando con ello la perdida de sustrato, importante en la agricultura por su alto contenido en nutrientes y por su capacidad para retener el nitrógeno presente en la atmósfera. Esta capacidad para retener el nitrógeno ayuda a la rotación de cultivos sin necesidad de añadir fertilizantes al suelo favoreciendo con ello la sostenibilidad medioambiental del mismo.

En la atmósfera.

El hecho de no usar fertilizantes sintéticos ayudará a reducir su producción y con ello la emisión de CO2 que se genera al producir estos fertilizantes. Esto mitigará los efectos del cambio climático.

Más cerca de lo que creemos encontramos elementos que ayudan a mantener nuestro medio ambiente y con ello el equilibrio que debe existir entre ser humano, suelo, vegetales y atmósfera.