Son varias las variables que hay que tener en cuenta a la hora de afrontar un cultivo ecológico. Desde la selección de las especies vegetales, el control de las plagas y las enfermedades, la fertilización de los suelos y el tratamiento de este último.

Especies vegetales

En la selección de las especies vegetales hay buscar aquellas que estén mejor adaptadas al medio, capaces de resistir a las plagas y enfermedades y ser rentables económicamente. Es por eso que se debe incidir más en las variedades que se han estado cultivando tradicionalmente y aquellas que sean autóctonas.

Además, el éxito de un cultivo reside en la alternancia de las especies cultivadas y en la variedad de las mismas dentro de un mismo espacio. Con este método conseguiremos la integración de las mismas a todos los niveles del ecosistema en el que se desarrollan: Edáfico, conteniendo el suelo lombrices, bacterias beneficiosas, hongos o nódulos de rhizobium; y especies silvestres, permitiendo la existencia de plantas adventicias (malas hierbas). La existencia de estas últimas ayudan a evitar la erosión del suelo y a crear el ambiente idóneo para la aparición de una pequeña fauna depredadora que controle las plagas.

En la alternancia de los cultivos debe introducirse una leguminosa y rotar plantas que requieren una fuerte cantidad de materia orgánica, como son las patatas, la calabaza o los espárragos; con plantas menos exigentes en las necesidades de materia orgánica, por ejemplo: acelgas, cebolla o guisantes entre otras. Esta variedad en la necesidad de nutrientes por parte de las plantas y en un mismo espacio ayudará a que el suelo no se agote y que en el caso de que aparezcan plagas o enfermedades estas no se perpetúen en el tiempo.

Control de plagas y enfermedades

En los cultivos ecológicos el control de plagas y enfermedades vendrá definido por la prevención. Para esto medidas como la selección de plantas y la rotación y variedad de cultivos nos ayudarán a prevenirlas. A esto hay que añadir el hecho de conservar plantas adventicias entre los cultivos que sirvan de hábitat para pequeños depredadores que serán los que nos ayuden a controlar las plagas.

En el caso de que estas medidas preventivas no nos permitieran controlar la aparición de plagas entonces podríamos acudir a remedios externos. Estos remedios se basarían en el uso de sustancias de origen vegetal o animal, microorganismos, sustancias producidas por microorganismos y algunos procedentes de minerales, con unas condiciones de uso concretas, dadas por la normativa correspondiente. Estas sustancias actuaran como repelente, como el extracto de ajo, atrayentes, como es el caso de las proteínas hidrolizadas, insecticidas, como por ejemplo las piretrinas extraidas del Crisantemo (Chrysanthemum cinerariaefolium).

Fertilización de suelos

Para la fertilización de los suelos, aspecto clave para considerar a un cultivo ecológico, se debe recurrir a fertilizantes de producción propia, el más utilizado es el compost, elaborado a partir de estiércol procedente de ganadería ecológica o de otro material orgánico procedente de restos vegetales de la explotación.

El uso de leguminosas en el inicio del ciclo de rotación de cultivos favorece el enriquecimiento del suelo, especialmente en nitrógeno, gracias a las bacterias que viven en sus raíces y que fijan el nitrógeno atmosférico.