Lo que nos da la naturaleza

La producción ecológica de alimentos se está definiendo como la vuelta a los sistemas de producción de antaño. Este modo de producción pretende diferenciarse de la producción industrial en la calidad de los alimentos que produce, respetando los ciclos vitales de todos los factores naturales que intervienen en la producción de alimentos: El suelo, el agua, el aire y las especies vegetales y animales que ahí viven. De esta manera se responde a la demanda, por parte de los consumidores, de productos obtenidos de sustancias y procesos naturales. La producción ecológica desempeña un papel social doble, por un lado, aporta productos ecológicos a un mercado que responde a la demanda de los consumidores, y por otro, también aporta bienes públicos que contribuyen a la protección del medio ambiente, el bienestar animal y al desarrollo rural.
La producción ecológica de alimentos requiere de espacios abiertos y también de especies autóctonas, es decir, aquellas con una mayor capacidad para resistir a las condiciones del clima, del suelo y a las enfermedades parasitarias puesto que son las que están mejor adaptadas al entorno y al clima en el que se encuentran.
Un ejemplo de la producción ecológica es la que se da en los espacios protegidos de la Red Natura 2000. Estos espacios, por su condición de espacios protegidos, no pueden desarrollar actividades económicas, salvo las que se desarrollen en equilibrio con el ecosistema que conforman. Para esto se tiene en cuenta que la agricultura o la ganadería que se desarrollará debe ser aquella que no suponga una sobre-explotación de los nutrientes que nos aporta el suelo y en el caso de que se requiera aportar nuevos nutrientes se haga mediante el uso de abono orgánico. La lucha frente a plagas y enfermedades se haga desde la prevención y en el caso de que esto no sea suficiente se haga uso de remedios naturales como fitoterapéuticos, repelentes y/o insecticidas naturales.
Existen un buen número de actividades económicas, dentro de los espacios de la Red Natura 2000, que se han desarrollado con éxito. Una de las claves de este éxito es la variedad en la producción de alimentos que se da en una explotación ecológica: producción de carne, quesos, miel y derivados, frutas y verduras, especies vegetales aromáticas, plantas medicinales, etc. Todo esto se pone en el mercado a disposición de los consumidores mediante tiendas propias, evitando a intermediarios. Esto significa que mayormente este tipo de producción, para mantener su carácter ecológico, debe destinarse a un mercado local o regional.
La preocupación por el medio ambiente, entre otras muchas cosas: control de los residuos, reducción de la contaminación atmosférica, recuperación de aguas contaminadas, etc., etc.; incluye también el control de los alimentos que tomamos. La agricultura y la ganadería ecológica ayuda a esto último haciendo uso de los procesos naturales que se dan en la naturaleza. Los alimentos que se obtienen mediante estos procesos nos proporcionan calidad y salud.
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Casas de Cartón
31 Oct 2017 - Medio ambiente, Productos Ecológicos, sostenibilidad